El pasado 25 de octubre se celebró en el Mobile World Centre organizado por la Cámara de Comercio Francesa de Barcelona
la final y entrega de premios del I Prix Entrepreneur Tech en la que fuimos finalistas. El certamen tenía como objetivo dar a conocer empresas emergentes del sector de la tecnología en el espacio tradicional ocupado por compañías francesas vinculadas a Barcelona a través de la Cámara, que cuenta con una nada desdeñable historia de 130 años presente en nuestra ciudad: reconocimiento más networking con la idea de mantener una relación fluida entre los dos mundos y, quién sabe, encontrar oportunidades de negocio o sinergias.
Las empresas tradicionales tienen la posibilidad de conocer el potencial de las startups o bien para inspirarse o bien para apostar por ellas invirtiendo y de este modo diversificarse. Más complicado es colaborar en proyectos concretos pues la cultura de empresa de ambas es radicalmente diferente, por no hablar de la toma de decisiones y metodología de trabajo.